lunes, 2 de julio de 2012

Un trago con sabor a Londres


OTP: Okamori
By: Laara
Extensión: Serial
Dedicado: A Marcela. [Espero te guste -ríe-]


Capítulo 1: “El antro JUMP”


   Era de mañana, la alarma había sonado exactamente a las 8:30 hrs. Ryutaro Morimoto, algo ansioso, ya estaba despierto para apagarla, ya que hoy, no era cualquier día.
   El chico, hambriento de nuevas experiencias, por primera vez en la vida saldría de su pacífica ciudad llamada “Okinawa” A sus 16 años. Tal vez, la paz para el chico era algo que apreciaba, pero sin embargo, las cosas que le contaba su amigo, en Tokio, no le pasaban desapercibido.


   Chinen Yuri, su amigo de la infancia; Invitó a Morimoto a quedarse en su departamento y ayudarle a trabajar en la “tienda” que tenía, durante lo que durara el verano. Su madre no tuvo problemas en darle el permiso, ya que conocía muy bien a su hijo y a su amigo, para darle la suficiente confianza.


   Ryutaro, luego de tomar su ducha y desayunar, estaba listo para terminar de ajustar las últimas cosas; Maletas, cepillarse los dientes, etc. Pero aún así el tiempo se le hizo demasiado corto y en nada se dio cuenta que otra vez, estaba retrasado para llegar al aeropuerto.
   Corrió a despedirse y entre ello, uno de sus pies se enredó con los juguetes del hermano menor, provocándole una violenta caída.


—    ¡SHINTARO!


   Gritó enrabiado, desde el suelo, tomó su pie con sumo dolor y su expresión de fastidio era fácil de leer.  El pequeño solo se atrevió a esconderse de la furia de su hermano mayor.
   A toda costa, el herido quería regañarlo, pero su poco tiempo no le daba para más, que un golpe en la cabeza, como despedida.
   Rápidamente, tomó sus bolsos; abrazó a sus padres y le dio su última mirada de odio al pequeño hermano.


   En los correos que había recibido de su amigo, le contaba todas las cosas que sucedían en la “tienda” o así prefería llamarle él, ya que Chinen, trabajaba en un bar. No era porque no le gustaran los bares lo que le hacía llamarlo así, si no que, era para no preocupar  a sus queridos padres, que por el alcohol que podrían vender allí, no le dejaran ir a Tokio arruinando sus “vacaciones”.


   Yuri y Ryutaro, habían crecido juntos en Okinawa, habían hecho miles de travesuras juntos convirtiéndoles en los mejores amigos, tal vez, para siempre. Aún, Morimoto mayor, recuerda el triste día en que su amigo se fue y le dejó solo, en medio de recuerdos y nostalgia. Pero como Ryutaro era fuerte, superó todas esas barreras y ahora nuevamente, podría verle, así que preparaba su cara, para sonreírle cuando tuviera que verle.


   El viaje se le hizo corto, más fue el tiempo de espera lo que le desesperó. Sacó de su bolsillo un papel impreso, pero algo arrugado, que le había enviado su amigo; Que suponía ser mapa, pero más parecía el dibujo de un niño de primaria. Con su ingenio logró descifrarle, llegando a unas transitadas calles. Era tarde y de a poco las personas comenzaban a acumularse en las afueras de un callejón, jóvenes, adultos, casi todos hombres, pero también una que otra mujer.
   Para el extrañez de Ryutaro, el número del bar de su amigo, apuntaba justamente donde estaba aquel pelotón de personas.
   Suspiró pesado y con resignación, no sabía que el bar de su amigo, era tan famoso y sin más se dispuso a pasar entre toda esa masa.


   Definición de bar: Local comercial en donde sirven bebidas y aperitivos, se puede fumar y hay música ambiente o a veces en vivo. Pensaba Ryutaro en su mente, intentando convencerse que lo que veía era eso, pero no. Poco a poco se daba cuenta que de bar solo tenía las bebidas alcohólicas, y más tenía pinta de antro o hasta prostíbulo.


   Llegó a la puerta, entre codazos y recibiendo uno que otro insulto, pero los ignoró. Las ansias de ver a su amigo eran mucho mayores.
   Un hombre corpulento, de gafas y tal vez extranjero, por su tez oscura de piel y rasgos faciales, lo detuvo en la puerta.


—    Hace la fila.
—    ¿Eh?


   Fue lo único que nuestro pelinegro atinó a decir.


—    Ya escuchaste, bebé.


   Morimoto, miró con algo de odio a la fortaleza humana que le hablaba, odiaba que lo llamaran de esa manera y era por eso que venía a la capital, para aprender nuevas experiencias y hacerse un adulto responsable y autosuficiente, por lo mismo, no se quedó callado.


—    Vengo por parte de Chinen Yuri.
—    Muchos dicen eso y son solo charlatanes. Repito, ve a hacer la fila.


   El chico, comenzaba a enojarse realmente, le fastidiaba que no le creyeran.


—    ¡Pero si es verdad!


   El guardia hizo un gesto, bajando sus gafas y llamando a otra fortaleza. Otro hombre, muy parecido al anterior, tomó a Ryutaro junto con todos sus bolsos y sin ningún esfuerzo, lo lanzó fuera de la fila. El menor cayó al piso, adolorido; Ya era su segunda caída en el día, suspiró pesado.


   Quería pegarse por idiota, al no ocurrírsele antes la idea de llamar a su amigo. Sacó su celular e intento, pero no contestaron. Intentó por segunda vez y escuchó entre medio de bullas la voz de su amigo.


—    ¡Chinen!


   Repetía en gritos, para que su amigo lo oyera, pero la música del local era demasiado fuerte para el móvil. Morimoto, decidió cortar y enviar un mensaje. “Estoy afuera” Envió.


   Las personas comenzaron a entrar y el callejón se vació, prácticamente. Algo cansado por el viaje y las golpizas, Ryutaro esperó fuera de la entrada a su amigo, viéndole salir.
   Se puso de pie enseguida, la sonrisa que traía el más bajo, era contagiosa y le hizo olvidar de cómo se sentía, se puso de pie para abrazarlo fuertemente y le devolvió la amplia sonrisa.


—    Chii.


   Dijo en un hilo de voz, no ver al menor en años y  poder abrazarle ahora, realmente era algo impagable.


—    Ryu.


   Aunque el mayor de ambos, estaba algo cambiado, un poco más alto y más maduro y por sobretodo su voz de niño, había cambiado, a una mucho más grave; eso le hizo preguntarse ¿Cuánto fue el tiempo que perdieron estando separados?


—    Ven, vamos.


   El mayor tomó de la mano otro chico y lo adentró al peculiar bar. Se detuvo en la entrada, presentándoles a los guardias.


—    Muchachos, él es Ryutaro Morimoto; Un amigo mío, viene de Okinawa y desde hoy en adelante trabajará ayudándome, así que sean amables con él.


   Habló Chinen, con voz poderosa. Pero a Ryutaro esas palabras le sonaban a ironía, ya que recién había sido golpeado y lanzando fuera, por culpa de ambas fortalezas.


—    Entendido, Chinen-kun.
—    Comprendo.


   Dijo uno y luego el otro, Chinen volvió a tomar la mano del menor y Ryutaro antes de seguir, les miró con odio y les sacó la lengua, en un acto muy maduro de su parte.
   Miró el antro de pies a cabezas o de suelo a techo por así decirlo. Era grande; En medio, tenía una gran barra en forma de círculo y en medio de este, varios estantes juntos, que copiaban la forma circunferencial, donde guardaban el alcohol. En una esquina se encontraba la cocina, donde preparaban aperitivos, carnes y ese tipo de cosas, pero Chinen era Barman, así que Ryutaro no vería más que tragos pasar frente de sus narices.
   Continuó mirando el lugar, muy sorprendido, viendo escenas algo exóticas y que le asustaron mucho también. Sintió las miradas de varias personas encima de él, se sentía casi como una especie de humano no descubierto, pero de alguna forma le hacía sentir bien, ya que era diferente. Esperó a Chinen que fue a ponerse su ropa de trabajo, un elegante bolero amarillo oscuro, con una camisa blanca y pantalones negros.


—    Este es el uniforme de barman de acá— Explicó. —Nee, pásame tus bolsos.


   El mayor saltó la barra con experiencia y estiró sus brazos para recibir las maletas.


—    Cerramos a las cinco de la mañana, entramos a las siete de la tarde pero el día viernes y sábado se pasa de largo hasta las… siete u ocho — Decía Chinen, mientras metía los bolsos de Ryutaro entremedio de un mueble con candado, por seguridad. – Hoy no te haré trabajar así que no te preocupes, tú solo debes sentarte a disfrutar, porque hoy no es cualquier día. — Sonrió ampliamente.
—    …— Morimoto, solo escuchaba atento a todas las cosas que le decía su amigo, le sorprendían, pero más le causaban una extraña sensación de querer saber más y más, hasta que de repente la música volvió a sonar muy fuerte.
—    Comenzó la noche– Logró escuchar de su amigo.


   Chinen le sirvió un jugo de frambuesa, ya que era una de las pocas cosas que servían sin alcohol, aunque sabía que su amigo preferiría el té verde, pero era una ocasión especial.


—    ¿¡Cuánto tiempo sin vernos!? — Gritó  a causa de la fuerte música, el barman.
—    ¡Han sido años, pero ya estoy aquí! — Por fin le pudo devolver la sonrisa que le habían regalado antes.
—    ¿¡Cómo estuvo el viaje!?
—    ¡Cortísimo, La emoción lo hizo así al parecer!
—    ¿¡Realmente querías venir aquí, nee!?
—    ¡Sí~!— Bebió un poco de su jugo y a veces volteaba su cuerpo a ver las escenas que se podían apreciar por la dudosa luz del local.
—    ¡Oye, Chinen! El de la mesa tres pidió un whiskey doble— Un camarero rubio, con una libreta en mano, vociferó
—    ¡Saliendo~!


   Ryutaro descifró, que los camareros usaban un bolero de color negro. Pero no se explicaba porque había otros con boleros de color, rojo, gris y azul. De a poco comenzaba sacar conclusiones de aquel antro, y para su sorpresa, tampoco era cualquier antro, si no que uno bien especial.
   Chinen por su lado comenzó a preparar el trago pedido que más que eso, parecía una presentación de magia o algo parecido. Vio el vaso por los aires y el líquido del whiskey volar, temió por su vida en ese momento, con la suerte que tenía de que le cayera encima. Pero nuestro Barman, era un experto y sirvió dos whiskey a la perfección, dejándolo en las bandejas del camarero.
   El rubio camarero se quedó mirando con una sonrisa traviesa pero no pervertida, al menor.


—    ¿Y tú? ¿Eres nuevo por acá?


   Antes que el recién llegado pudiera responder a su pregunta, Yuri habló primero.


—    Hey, Hikaru. No te metas con él, es mi amigo que viene de Okinawa.
—    ¡Oh~! Tú eres el famoso… ¿R-Ryutaro?— Intentó recordar.
—    S-sí— Respondió algo tímido, por la sorpresa de que fuera conocido por más de su amigo, en ese antro.
—    ¡Bienvenido a JUMP!— Animado, estiró su mano. — Soy Hikaru Yaotome, Amigo de él— Apuntó con su pulgar al Barman.
—    ¿JUMP?— Preguntó extrañado, respondiendo lentamente al apretón de manos.
—    Ese es el nombre del local— Respondió Chinen, mientras limpiaba unos vasos y le dedicaba una sonrisa tranquilizadora.
—    O-oh~ Ya veo~— Bebió inocentemente un poco más de jugo.
—    ¡JAJAJA! Tú amigo es muy tierno, de seguro será despojado de su inocencia pronto— Dijo el camarero sin cuidado, yéndose con los vasos a la mesa tres. Asustando al otro un poco confundido.
—    ¿Qué?...— Abrió sus ojos y miró a Yuri, en busca de una respuesta.
—    ¡E-eh! No le hagas caso, es un poco apresurado mi amigo— Suspiró. — Perdónale y no te preocupes, que yo me encargaré de cuidarte, para que nada te pase. Tokio es muy peligroso, para alguien que no lo conoce, así que por favor, cuida de siempre estar a mi lado ¿Ok?
—    Está bien.


   Tragó su jugo con dificultad, le parecía aun difícil haber escuchado esas palabras. Ya que, vendría de una cuidad tranquila, en donde los amores se fabricaban a base de experiencias vividas y pequeñas demostraciones de afecto, para luego casarse, tener hijos y vivir una aburrida vida de ancianos. Por eso, no estaba preparado para escuchar que poco menos en 5 minutos su virginidad sería robada por un extraño, que luego se la robaría a otro y luego a otro, realmente no estaba para esas cosas tan sucias.


  Luego de procesar esas palabras y suspirar un par de veces, miró el antro “JUMP” dándose cuenta de varias peculiaridades.


—    ¡Chinen!— Le hizo un gesto para que se acercara un poco.
—    ¿Hm? — Acercó su oído a los labios del chico.
—    ¡No me dijiste que trabajabas en un antro gay!— Le susurró entre gritos, Ryutaro.


   El mayor soltó una sonrisa, traviesa. Típica de él.


—    Si te hubiese dicho eso ¿Hubieses venido? ¿O te hubiesen dado el permiso? Además no es el cien por ciento homosexual, también hay personas “normales” como aquellos— Apuntó a una pareja heterosexual bailarina, que se besaban con pasión.


   El barman se sintió triunfante con su respuesta, ya que tenía razón. Ryutaro no era homofóbico, pero prefería estar alejado de ese ámbito. Ahora no tenía otra opción, pero de su amigo, se esperaba cualquier cosa y así es como lo quería de todas maneras.


—    ¡Chinen! Un trago afrodisiaco, piden otra vez— La voz de un niño, algo resignado se oyó.
—    ¿Inoo Kei, otra vez? — Preguntó Chinen, ya preparando el trago pedido.
—    Sí~ — Se oyó frustrado.
—    ¿Y tú, quién eres? Te ves nuevo — Amablemente el camarero castaño le preguntó sentándose a su lado, mientras esperaba por el pedido.
—    O-oh, Soy Ryutaro Morimoto— Asintió con su cabeza, en signo de saludo.
—    Soy Arioka Daiki, tan solo dime Dai-chan— Le sonrió amplio, su sonrisa de niño era muy acogedora, lo que a Ryutaro le causó confianza. — ¿Eres el amigo de Chinen?
—    ¿Eh? ¿Acaso también me conoces?— Rió suavemente, pero sorprendido.
—    Me tiene loco con tu nombre, habla de ti todo el día— Dijo recibiendo el trago, ya listo.
—    Hey, no es para tanto— Alegó Yuri, algo molesto.
—    Si que lo es— Dijo Arioka, mientras se iba a entregar el pedido.
—    Chii~ — Morimoto miró con ternura a Chinen, por eso.
—    No le hagas caso o no te daré otro jugo— Amenazó. — Él es Arioka Daiki— Decía mientras miraba al castaño irse — Trabaja aquí hace dos años y Hikaru hace tres, Yo llegué este año, cuando te dije que comenzaba a trabajar. Son mis camareros por así decirlo y también mis amigos. Te explico, aquí los trabajos se dividen muy bien, se ganan bastante dinero, es por eso que me quedé. Cada barman tiene dos camareros a su servicio y ellos son los míos, que por suerte los tres nos llevamos de maravilla.
—    ¡Woah~!


   Escuchaba atento a las palabras del chico, aunque no estaba familiarizado con el tema de antros, ni alcohol, ni mucho menos con homosexuales, le parecía interesante que hasta esto, estuviera mejor organizado que su propia vida.


—    Ah~ Aun es temprano, no hay muchos clientes ¿De qué hablan? — Nuevamente Yaotome llegó y se sentó al lado de la pareja hablante.
—    Le explico a Ryutaro el funcionamiento del local— Contestó Chinen mientras guardaba algunos vasos.
—    ¡Oh~! ¿Y ya le dijiste lo buen camarero que soy? — Bromeó en voz divertida.
—    No, porque no lo eres.


   Morimoto miró a ambos divertidos.


—    ¿Y tú? ¿Cómo es tu vida en Okinawa?— Se interesó Hikaru.
—    A-ah~ Pues es aburrida en comparación a la de ustedes, nada muy interesante que contar.
—    ¡Jajaja! Pero para mí tu vida es distinta a la mía, así que de todas formas me interesa, vamos no seas tímido.
—    Mh… — Pensó. — En los días de escuela, me levanto muy temprano para asistir y no llegar tarde, voy a una escuela cerca de mi casa, por lo que todos los días me voy caminando. Solo tengo un amigo, y es porque compartimos el gusto de los videos juegos, suelo divertirme con eso durante las tardes, estudio después de cenar y luego me voy a dormir. Y mis vacaciones son lo mismo, pero sin escuela ni estudios.
—    ¿Eso quiere decir que juegas videojuegos todo el día? — Hikaru dejó la bandeja encima de la barra para escuchar más atentamente al menor.
—    Y de noche — Dijo algo orgulloso.
—    ¡JAJAJA! ¡Qué envidia, nee!— miró hacia arriba, como nostálgico—  Cómo me gustaría poder jugar todo el día videojuegos, como tú.
—    De verdad, es entretenido pero luego te das cuenta que perdiste toda tu vida en una consola— Suspiró pesado.


   Arioka, nuevamente se acercaba a la barra, quejándose por lo mismo que el rubio; No habían muchos clientes por el horario. Así que se dispuso a sentar, para hablar un poco con los muchachos.


—    ¿A qué hora empieza el show, hoy? — Consultó el castaño.
—    Hoy es jueves, a las once— El barman miró su reloj— Faltan dos horas.
—    Ah~— Dijo algo aburrido, Arioka.
—    ¡Vamos, Dai-chan, Ánimo! — El rubio golpeó su espalda para despertarle de su aburrido estado.
—    Sí, pero que no hallo la hora que sean las cinco para irme a casa, hoy realmente que estoy cansado, además con ese idiota ahí, mirando a cada rato, es incómodo.
—    ¿Te refieres a Inoo Kei?— Chinen se acomodó en la barra para hablar todos más privadamente.
—    No digas su nombre, que hasta eso me da asco.
—    Tú fuiste el que le abrió las piernas — Dijo Hikaru, sin ningún escrúpulo, asustando nuevamente a Ryutaro.
—    ¡Chicos, chicos, chicos! — Detuvo Yuri. — Está mi amigo presente, él no conoce este mundo ¿Podríamos si quiera explicarle, antes de traumarlo? — Vio asesinamente a ambos muchachos.
—    ¡Tienes razón! — Hikaru pasó su brazo por detrás de la nuca del menor, apegándolo hacía él y volteándole para que mirara al público. — Te presento a JUMP, el antro más popular de Japón, cuando llega la hora del show, quedarán boquiabierto, pero solo espero que abras eso y nada más.
—    ¡Hikaru! — Molesto habló Daiki, porque sentía que traumaba a Morimoto, así que el, tomó el hombro del chico nuevo y comenzó a explicarle, con mejores palabras. — Esto es JUMP, un antro. Donde vendemos bebidas alcohólicas y no alcohólicas, algo de comida pero también, hacen shows… —Suspiró por lo que iba a decir—  Sexuales.


   Ryutaro tragó saliva, pero no dio a notar su perplejidad, no quería verse tonto, ya que comprendía perfectamente a lo que se refería, incluso ya lo había concluido,  solo que tenía miedo de aceptarlo, entonces se atrevió a hablar.


—    ¿Puedo hacer una pregunta? —Comentó tímido.
—    ¡Claro~!— Dijo Chinen.
—    ¿Por qué algunos tienes boleros, azules y rojos y otros grises? ¿A la diferencia de ustedes?
—    Oh, buena pregunta, novato— Rió Yaotome.
—    Mira, nosotros como Hikaru, tenemos el bolero Negro, que significa que somos “camareros”, así, las personas nos pueden reconocer más fácilmente y es de este color, para no opacar a los boleros, azules y rojos, porque ellos también se pasean por todo el local, como nosotros.
—    Los boleros amarillos, como el mío — Sonrió Chinen. — Son los de Bartender, los que sirven los tragos. Son amarillos porque sí, ya que nosotros no nos escapamos más allá de la barra, pero también, en caso cualquiera, las personas nos pueden reconocer más fácil.
—    Y por último los más aburridos, pero no menos importantes;  los grises — Dijo divertido Hikaru. — Son los que limpian, ya sabes; vómitos, tragos volteados y el polvo, todas esas cosas necesarias~
—    ¿Y los rojos y azules? — Ryutaro estaba extrañado, ¿Por qué no le habían explicado los que más le interesaban?
—    Ah, pues que lo explique Hikaru – Dijo Daiki, suspirando.
—    Los trajes rojos y azules… — El rubio buscó palabras decentes, para no recibir otro enojo de sus amigos. — Pues aquellos son los que hacen el show.
—    ¿El sexual? — Indagó Morimoto.
—    Correcto — Sonrió el camarero. — Hey, aprendes rápido. Quizás te interese usar un bolero azul~
—    ¡HIKARU!— Volvió a reprender Chinen y Ryutaro lo miró con una gran interrogante en su rostro.
—    ¡Pero si dijiste que le darías trabajo!— Argumentó.
—    Pero no, ESE.


   Daiki suspiró y se acercó a su oído y amablemente comenzó a explicarle, mientras camarero versus barman, peleaban.


—    El bolero rojo significa que eres solo de muestra y en el bar, no sé si me explico bien. — El menor quedó en silencio, con sus labios fruncidos, aun no entendía. —Bien, el bolero rojo son aquellos chicos que se pasean por el bar, prestan sus cuerpos y hacen show, puedes darle dinero y… tocarlos — Decía con timidez, el castaño. — Pero todo dentro del bar, no puedes llevarte a ninguno fuera. Y el de bolero azul, son cazadores; me explico, aquellos que buscan una cita en la noche, conocen a alguien y se lo llevan luego… a la cama.
—    En otras palabras, lo que quiere decir mi tímida compañera, es que con el bolero azul, puedes tener sexo y con el rojo, no.
—    ¡No soy mujer!— Refunfuñó Daiki.
—    Pero explicas como una— Contradijo su compañero camarero.
—    Oh…— A Ryutaro todo le quedaba más claro y luego miró a Chinen. — ¿Y por qué nunca me explicaste estas cosas por el correo?
—    La misma razón que te dije de antes.
—    No miento si digo, que estoy algo sorprendido…
—    Y debes estarlo, Okinawa versus Japón, no hay comparación amigo mío— Apoyó el rubio.


   Morimoto, había terminado su jugo, apartándolo. Chinen le consultó si deseaba otro, pero el menor se negó, más bien tenía hambre, pero no quería molestar con sus tripas, por lo que calló. Los chicos siguieron a su lado hablando cosas, y luego nuevamente, tomaron su atención, para continuar explicándole ciertas cosas.


—    ¿Ves ese hombre de allí?— Apuntó Hikaru.
—    ¿Cuál? ¿Aquel delgado de bolero azul?— Descifró Ryu.
—    Exacto. Él se llama “Inoo Kei”, es un cazador, trabaja aquí desde que tengo memoria.


   Daiki bajó su mirada, algo triste cuando comenzaron a hablar de él. Chinen lo notó.


—    No te pongas así Dai-chan.
—    Lo siento.
—    ¿Qué sucede?— Interrogó el menor, confundido.


  Se creó un silencio, nadie sabía qué decir, si es que era correcto o no, pero el afectado terminó por hablar.


—    Es solo que te advierto, que nunca te metas con ese tipo de personas, Ryutaro-kun. Son las peores que pueden existir en el mundo— Dijo con odio. — Ese tipo destruyó mi inocencia y lo poco que creía en el amor.
—    Ah~ — Suspiró Chinen. — Lo que sucede Ryu, es que Dai-chan se enamoró de Inoo y cayó en sus redes, haciéndole creer que él también, pero Inoo siempre juega para él mismo, y solo consiguió su objetivo que era acostarse con Dai-chan.


   Daiki bajó la mirada sonrojado de vergüenza, no tenía ganas de recordar cosas tan feas como esas, su corazón se oprimía fácilmente, ya que él; aún silenciosamente seguía enamorado de Kei. Pero no estaba dispuesto a caer de nuevo en sus redes.


—    Oh, lo lamento mucho— Dijo preocupado, el nuevo.
—    N-no te preocupes, fue mi culpa de todas maneras— Sonrió forzado.
—    Bien, dejemos ese tema de lado. — Apresuró Yaotome, para no hacer llorar a su delicado compañero. — ¡Oh, pero que suerte tienes, mira quién viene ahí~!
—    Buenas noches.


   Un hombre alto y delgado, pasó por frente de ellos, tan solo diciendo aquellas dos palabras, para luego desaparecerse entre las multitudes.


—    A quién viste recién, es nuestro jefecito~— Dijo Hikaru, aun viendo como se perdía entre la multitud.
—    Kota Yabu, es su nombre. Se ve amable, pero espero no te lo encuentres enojado— Advirtió Chinen.
—    Sí, es lo peor enojado, tú lo vez todo delgado, pero una vez le pegó a un borracho que estaba haciendo escándalo, lo sacó fuera con sus propias manos. Fue realmente impresionante— Agregó Daiki.
—    Sí, sí y una vez reprendió con toda su furia a todos los empleados del local, por trabajar tan mal — Recordó divertido el rubio. — Hasta a mí me dio miedo aquella vez.
—    Lo dices porque a ti te tiene como un chico especial.
—    Hey ¿Pero qué quieres que le haga, Dai-chan? Somos amigos desde la infancia, me invitó a trabajar con él y yo solo acepté.
—    Eso es verdad~


   El chico de Okinawa, asentía ante las cosas que decían sus nuevos amigos, luego continuó mirando al público, hasta que un chico le llamó la atención.


—    Nee, ¿Quién es él?— Apuntó a un muchacho, con buen físico, que se encontraba en la barra un poco más lejanos a ellos, hablaba animadamente con otro barman, alto y delgado.
—    ¿Quién? ¿No me digas que te refieres a ese hombre de bolero azul? — Disimuladamente miraba Yaotome.
—    Sí, él.
—    ¿¡Eh!?— Se sorprendieron los tres.
—    ¿Qué hice? —Algo asustado consultó, Morimoto.
—    Asegúrame que tu amigo no es gay, verdad— Exigió Hikaru a Chinen.
—    No, no, claro que no.
—    Hey, Chicos, no entiendo ¿Qué hice de mal? Solo estoy preguntando quién es él.
—    Eso es lo malo, ni te intereses por él— Dijo Arioka. — Ya te dije, los de boleros azules, son los peores.
—    Pero, chicos, calma. Ryu no entiende, además… ¿Alguien alguna vez a hablado con él?— Acotó Yuri.
—    No— Negaron, los tres.
—    Pues yo tampoco.
—    Él, es Okamoto Keito, el caballero inglés o mejor dicho, el cazador inglés; viene de Inglaterra o al menos vivió allí un tiempo— Dijo Chinen — Y el que está a su lado, es su mejor amigo, confidente, incluso dicen que se acostaron juntos; Nakajima Yuto.
—    “¿Dicen?”—Consultó el menor.
—    Bueno, la verdad que de él hay miles y miles de rumores, ya que él es muy misterioso. Como te decía, casi nadie habla con él, excepto Yuto y sus “presas”. Y también dicen que nunca se acuesta con la misma persona dos veces, ya que no quiere crear sentimientos con nadie.
—    Keito… —Le quedó mirando unos momentos, pero para no preocupar a nadie, desvió su mirada— Comprendo. ¿Y aquel? — Apuntó a otro muchacho de bolero rojo.
—    ¿De todos los hombres con boleros de colores, te tienes que fijar en los peores?— Rió Yaotome.
—    Él es Yamada Ryosuke, cuando comience el show, lo verás en acción. Dicen que es lo mejor del antro y muchos clientes y clientas vienen aquí por él. Pero sin ir más allá, es bastante simpático— Agregó Arioka.


   Ryutaro consultaba por aquellos que le llamaban la atención. Yamada era bastante guapo a decir verdad y Keito no se quedaba atrás, pero para Ryutaro solo eran una masa de personas sucias que ganaban la vida fácil.
   De a poco comenzó a llegar la gente y tuvieron que volver a sus trabajos, Ryutaro fue por algo de comida, dejando a Chinen trabajar solo. Cuando esperaba en una mesa su comida, se acercó un mesero y le depositó un jugo de frambuesa.


—    Yo no he pedido esto— Aclaró Morimoto.
—    No se preocupe, Okamoto-san lo envía.
—    ¿Okamoto-san? — En algún lugar había escuchado ese nombre, pero no recordaba quién era. — ¿Quién es Okamoto-san?
—    Oh… ¿No lo sabe? — El camarero se medio volteó para apuntarle al chico de bolero azul.
—    ¡¿Él?!— Ryutaro abrió sus ojos con espanto, sonrojándose involuntariamente. El mayor desde la distancia lo miraba penetrantemente.  El menor solo desvió la mirada. — No lo quiero recibir.
—    L-lo siento, pero mi trabajo es hacer esto, si no lo quiere beber, lo dejo a su criterio. Con su permiso. —El camarero se retiró con una reverencia.


   Algo fastidiado por la acción de aquel hombre de bolero azul, dejó el jugo encima de la mesa, rechazándolo. Se llevó únicamente su plato de comida y volvió a la barra en donde estaba Chinen. Realmente se sentía seguro a su lado. No le comentó nada para no preocuparle, pero cuando podía, involuntariamente desviaba su mirada para captar esa sonrisa que los labios del chico inglés, esbozaban involuntariamente.


—    Keito…— Volvió a susurrar para sí. Sabía que no debía mirarle y tampoco sabía porqué lo hacía, nunca se sintió atraído por un chico y ahora tampoco sería la excepción. Dejó aquellas estúpidas miradas, y se concentró en comer.


   Las once habían dado y el show había comenzado. Las luces se tornaron intermitentes y muchos colores invadieron el local. Ryutaro miraba eso con expectación, asombrado y sonriente. La música era misteriosa, y de repente salieron muchas bailarinas, con pomposos trajes y otros algo ardientes. Algo tímido miraba el show y Chinen solo sonreía junto a él, mientras continuaba haciendo tragos.


—    ¿Te gusta alguna? — Le preguntó Chinen, inocentemente. Refiriéndose a las bailarinas.
—    N-no lo sé— Ryutaro era bastante cohibido para esos temas. Respondió con una sonrisa torpe. —No estoy hecho para el amor, ya lo sabes.
—    De qué hablas, alguna te tiene que gustar ¿No? Vamos, por ejemplo, aquella alta, podría ser para ti— Le dijo, entre bromas.
—    ¡Ya cállate~!— Rió.


   La fiesta continuó, Morimoto terminó de comer y ahora si aceptó un segundo jugo de frambuesa, de parte de su amigo. Todo iba bien, hasta que percató que el chico inglés, se levantó de su asiento y comenzó a acercarse donde él. Aunque algo confundido miraba, ya que las luces del local se tornaron intermitentes otra vez y tan solo veía como fotos del lugar y al chico cada vez más cerca de él.
   De un momento a otro las luces se apagaron, dejando al local en negro y todos comenzaron a gritar, pero no de miedo, si no que era una tradición. Apagar las luces justo a las doce por quince segundos.


   Ryutaro muy asustado porque no entendía nada, sintió como unas manos cálidas le tocaban su cabello en medio de la oscuridad y un aire tibio circulaba en su oreja, era el susurro de una persona.


—    ¿Por qué rechazaste el jugo? —


   Fue todo lo que escuchó, se quedó shockeado al darse cuenta a quién tenía en frente, sin poder verlo pero sí, sentirlo. Se quedó estático, no pudo hacer nada, quería golpearlo también, pero no sabía porqué, no le había hecho nada. Luego de eso las manos del hombre que habían acomodado su cabello se habían alejado y las luces volvieron a encenderse, el cazador inglés, se había perdido de vista.


—    ¿Sorprendido? — Preguntó Yuri, por la cara pálida de su amigo.
—    ¿Q-qué fue eso? — Ryutaro más bien se refería a las cálidas manos del chico, pero su amigo lo interpretó de otra forma.
—    Es un clásico del antro, a las doce en punto se apagan las luces por quince segundos, quién sabe para qué. Generalmente se aprovechan para robar besos y esas cosas— Explicaba Chinen.
—    Interesante.

3 comentarios:

  1. Terrible larga tu weá -paja leer- X'D -se auto hiere-

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  2. kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! siempre quise leer un fic de esta pareja!!! y esta tan genial!! la adoroooooooooooo!!!! e encanta *O* quiero contiiiiiii!!!! esta super interesante

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